Esta undécima edición, tras las celebradas en Valencia-San Antonio Abad (por partida doble), Utrera, Villena, Barcelona-Horta, Sevilla-Trinidad, Málaga (por partida doble) y Barcelona-Martí-Codolar, se desarrolló en la presencia salesiana de Triana para reunir a más de un centenar de asistentes alrededor de la figura del Inspector y celebrar un encuentro de familia entre comunidades.

En la apertura de José Luis Navarro, vicario inspectorial, destacó que ‘esta cita sirve para agradecer el amor fraterno y mirar al futuro con esperanza’. «La comunidad inspectorial, reunida en torno a su Inspector, celebre todos los años el día de la comunidad, como signo de comunión fraterna y expresión de gratitud”. Aquí emerge en sentido de este día: una fiesta para manifestar la comunión y el amor fraterno que vivimos en nuestra inspectoría; y expresión de gratitud que hoy especialmente se personaliza en tantos hermanos que cumplen efemérides», explicaba sobre el sentido de este encuentro anual.

Posteriormente llegaron las palabras de Francisco José Pérez Camacho, director de la casa salesiana anfitriona, que daba la bienvenida a los asistentes. «Este día nos inspira a seguir adelante con pasión y compromiso», compartía.

Muchos de los participantes acudían a este encuentro tras compartir durante los días previos la reunión de directores en las Salesianas de Sanlúcar la Mayor, por lo que la fiesta se vivió como la guinda a unos días de familia que culminaron con este homenaje a diecisiete salesianos que cumplen 25, 50 y 75 años de ordenación sacerdotal o profesión religiosa y a la casa de Sant Adrià de Besòs que celebraba su 50 aniversario.

Los asistentes pudieron visionar diferentes piezas audiovisuales que situaron el evento en el contexto de las diferentes efemérides y llevaron a los asistentes a un recorrido por los años 2000, 1975 y 1950. Posteriormente, los homenajeados tuvieron ocasión de recoger el aplauso y el reconocimiento de la comunidad inspectorial. “

«Damos gracias al Señor, por vuestras vidas, vuestra vocación, por los años de fidelidad a la misión salesiana. En cada uno de vosotros se puede ver reflejada la respuesta generosa a la llamada del Señor que se traduce en un sí permanente que llega hasta hoy. Queremos, como comunidad inspectorial, dar gracias a Dios por vuestra fidelidad al camino iniciado por Don Bosco, y alargado en los años por vuestra vida como salesianos y sacerdotes apasionados por Cristo, dedicados a los jóvenes. Que el Señor, que es quien hizo en vosotros la buena obra, la lleve a feliz término. Y que nuestra Madre Auxiliador siga acompañándoos como madre y maestra en el camino. Gracias por vuestra vocación.», explicaban.